Marruecos.

Hablemos de Marruecos.

   Se encuentra separado del continente europeo por el estrecho de Gibraltar. Limita con Argelia al este —la frontera se encuentra cerrada desde 1994—, al suroeste con el Sahara Occidental, al norte con España, su principal socio comercial con el que comparte tanto fronteras marítimas como terrestres —Ceuta, Melilla y las plazas de soberanía— y al sur con Mauritania. Ocupa parte del Sahara Occidental,8​ tras la marcha verde de 1975, la firma del Acuerdo Tripartito de Madrid, y la interrupción del proceso de descolonización y abandono de España del territorio.​

En 1984 la asamblea de la Organización para la Unidad Africana (OUA), instancia predecesora de la UA y de la cual Marruecos era miembro fundador, aceptó como miembro a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).11​ Como respuesta, Marruecos se retiró de la organización. Es miembro de la Liga Árabe, Unión del Magreb Árabe, la Organización Internacional de la Francofonía, la Organización de la Conferencia Islámica, la Unión por el Mediterráneo, la Unión Europea de Radiodifusión, el Grupo de los 77 y el Centro Norte-Sur. Es también un aliado importante no-OTAN de los Estados Unidos. Además es el país del mundo árabe donde es más estudiado el idioma español, con más de 80.000 estudiantes según la información provista por el Instituto Cervantes en 2015.

Desde 1984 hasta 2017, fue el único país africano que no era miembro de la Unión Africana. El Estado marroquí fue readmitido con mayoría absoluta, el 30 de enero de 2017, durante la XXVIII Cumbre de la Unión Africana, sucedida en Etiopía.

Prehistoria y antigüedad:


   El actual territorio de Marruecos ha estado poblado desde tiempos de la Prehistoria, por lo menos desde el año 8000 a. C. haciéndolo el lugar más antiguo donde se ha hallado un cráneo de Homo sapiens según la publicación de la revista Nature en junio del 2017 «New fossils from Jebel Irhoud, Morocco and the pan-African origin of Homo sapiens», atestiguado por rasgos de la cultura capsiana, en tiempos en que Magreb era menos árida de lo que es actualmente. Muchos teóricos creen que la lengua bereber apareció al mismo tiempo que la agricultura, y fue adoptada por la población existente, así como los inmigrantes que la trajeron. Análisis más modernos confirman que varios de esos pueblos han contribuido genéticamente en la población actual, incluyendo, además a los principales grupos étnicos —es decir, bereberes y árabes— fenicios, sefardíes, judíos y africanos subsaharianos. En el periodo clásico Marruecos fue conocida como Mauritania, que no debe confundirse con el actual país de Mauritania.

   El norte africano y Marruecos y Fez fueron lentamente dibujados dentro del mundo Mediterráneo por las colonias de intercambio y poblados fenicios en el periodo clásico. La llegada de los fenicios anunció un largo dominio en el Mediterráneo, aunque esta estratégica región formaba parte del Imperio romano, conocida como Mauritania Tingitana. En el siglo V, al caer el Imperio romano, la región cayó bajo dominio de vándalos, visigodos y, posteriormente, bajo el Imperio bizantino en una rápida sucesión. Sin embargo, durante este tiempo, los territorios de las altas montañas permanecieron bajo el dominio de los habitantes bereberes.



Primeros tiempos islámicos:

   Marruecos se modernizó a finales del siglo vii, con la llegada del islam, que produjo la conversión de muchos bereberes y la formación de estados como el Emirato de Nekor, en el actual Rif. Uqba ibn Nafi, conquistador del Magreb en el siglo vii, alcanzó las costas atlánticas en las playas de Massa, se introdujo en el océano con su caballo y puso a Alá como testigo de que no quedaban más tierras por conquistar. El país pronto se despojó del dominio del distante Califato abasí de Bagdad en tiempos de Idrís I, que fundó la dinastía de los idrisíes en el año 789. Marruecos se convirtió en centro cultural y en la mayor potencia regional. El país alcanzó su máximo poderío cuando una serie de dinastías bereberes reemplazaron a los idrisíes árabes. La primera fue la de los los almorávides, a la que siguió la de los almohades, que dominaron Marruecos y gran parte del noroeste africano, así como grandes territorios de la península ibérica o al-Ándalus. Pequeños estados de la región, como los de los Barghawata y los Banu Isam, fueron conquistados. El imperio se derrumbó a causa de un largo periodo de guerras civiles. Las ciudades imperiales de Marruecos son las cuatro capitales históricas de Marruecos: Fez, Marrakech, Mequinez y Rabat.




  1. —Daniela Rodríguez.

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